Pero para los ojos de la persona de imaginación,
la Naturaleza es imaginación misma.
Así como un hombre es, ve.
William Blake (1757-1827)
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El grabado Flammarion Famoso grabado sobre madera aparecido por primera vez, sin firma, en el libro de Camille Flammarion L'Atmosphere: Météorologie Populaire (París, 1888) en su página 163
Original en blanco y negro. Versión coloreada por Hugo Heikenwaelder (1998), Viena Nicolas Camille Flammarion, más conocido como Camille Flammarion (Montigny-le-Roi, 26 de febrero de 1842, - Juvisy-sur-Orge, 3 de junio de 1925) era un astrónomo francés conocido por sus obras de popularización de la astronomía. |
Esta ilustración fue utilizada en multitud
de ocasiones para representar el descubrimiento de la astronomía por el
hombre. Enigmática, muestra a un hombre, tal vez un astrónomo peregrino
con su bastón, observando a través de la atmósfera terrestre como si
ésta fuera una cortina que se pudiese apartar para observar el
funcionamiento, los mecanismo ocultos, del Universo. Uno de los
elementos de esa maquinaria cósmica se parece mucho a la representación
pictórica tradicional de la "rueda dentro de una rueda" que apareció en
una de las visiones del profeta Ezequiel.
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Ilustración grabada de "la visión del carruaje" del Libro de Ezequiel de la Biblia, capítulo 1 (1670)
Esta ilustración pertenece al libro La historia del Antiguo y del Nuevo Testamento,
de Nicolás Fontaine (en la Pitts Theology Library: 1670Font); es una
copia de autor desconocido de la ilustración de Matthaeus (Mathäus)
Merian el viejo (1593-1650)
Las ophanim u
ofanim, también Ophde (hebreo 'ruedas' אוֹפַנִּים ’ōphannīm; singular
אוֺפָן ’ōphān) se refiere a las ruedas que se ven en la visión del
carruaje (hebreo 'merkabah) de Ezequiel 1:15-21 Estas fueron primero
interpretadas como ángeles en uno de los Rollos del Mar Muerto (4Q405) y
como una clase de ángeles celestiales en alguna de las últimas
secciones del Libro de Enoch (61:10, 71:7) donde junto con los Cherubim y
los Seraphim nunca duermen, pero vigilan el trono de Dios.
Ezequiel 1:15-21
15. Yo miré a los seres vivientes, y vi que en el suelo, al lado de cada uno de ellos, había una rueda.
16.
El aspecto de las ruedas era brillante como el topacio y las cuatro
tenían la misma forma. En cuanto a su estructura, era como si una rueda
estuviera metida dentro de otra.
17. Cuando avanzaban, podían ir en las cuatro direcciones, y no se volvían al avanzar.
18. Las cuatro ruedas tenían llantas, y yo vi que las llantas estaban llenas de ojos, en todo su alrededor.
19.
Cuando los seres vivientes avanzaban, también avanzaban las ruedas al
lado de ellos, y cuando los seres vivientes se elevaban por encima del
suelo, también se elevaban las ruedas.
20.
Ellos iban adonde los impulsaba el espíritu, y las ruedas se elevaban al
mismo tiempo, porque el espíritu de los seres vivientes estaba en las
ruedas.
21. Cuando ellos avanzaban,
avanzaban las ruedas, y cuando ellos se detenían, se detenían las
ruedas; y cuando ellos se elevaban por encima del suelo, las ruedas se
elevaban al mismo tiempo, porque el espíritu de los seres vivientes
estaba en las ruedas.
Leer más em: http://www.bibliacatolica.com.br/el-libro-del-pueblo-de-dios/ezequiel/#ixzz2YZtu3081
Ezequiel fue un sacerdote y profeta hebreo, exiliado en
Babilonia, que ejerció su ministerio entre el 595 y el 570 AEC, durante
el cautiverio de Israel en Babilonia. A diferencia de otros profetas,
Ezequiel decía captar importantes revelaciones en forma de visiones
simbólicas de parte del Dios Yahvé. Su nombre Ezequiel (en hebreo
Ieyezkjél) significa ‘[el Dios] Ël fortalece’.
Estas "ruedas" fueron asociadas a Daniel 7:9 (mencionadas
como "galgal", tradicionalemente como "las ruedas de galgallin", en
"llama ardiente" y "fuego candente") de las cuatro ruedas recubiertas de
ojos (cada una de ellas compuesta por dos ruedas una anidada en la
otra), que se mueven cercanas a los Cherubim alados, debajo del trono de
Dios. Las cuatro ruedas se mueven con los Cherubim porque el espíritu
de los Cherubim está en ellos. Estas son tambien referidas como "Las de
los muchos Ojos" en el Segundo Libro de Enoch (20:1, 21:1).
Las Ophanim son también equiparadas a los "Tronos",
asociados a las "ruedas", en la vidión de Daniel 7:9. Son las que
transportan los tronos de Dios, de ahí el nombre. De todas maneras,
podrían o no ser los mismos Tronos (G. thronos) a los que hacer
referencia Pablo de Tarso en Colosenses 1:16
Daniel 7:9
Estuve mirando
hasta que fueron puestos unos tronos. Y el Anciano de los Días se sentó,
cuya vestidura era blanca como la nieve, y el cabello de su cabeza como
lana pura; su trono era como llama de fuego, y sus ruedas, como fuego
ardiente. |
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El Anciano de los Días, de William Blake (1794)
El
término "Anciano de los Días" aparece tres veces en el Libro de Daniel
(7:9, 13, 22) siendo el nombre que se la da a Dios; se lo usa en el
sentido de la eternidad de Dios. |
Debajo de la imagen del grabado de Flammarion hay una leyenda en francés que dice:
Un
missionnaire du moyen âge raconte qu'il avait trouvé le point où le
ciel et la Terre se touchent. ( 'Un misionero de la Edad Media cuenta
que él había encontrado el punto donde el cielo y la Tierra se tocan').
Y el texto acompañando la obra original de Flammarion dice:
Qu'y
a t-il, alors, dans ce ciel bleu, qui existe certainement, et qui nous
voile les étoiles durant le jour? ('Qué es lo que hay, entonces, en este
cielo azul, que ciertamente existe, y que nos vela las estrellas
durante el día').
Tal vez por estas razones el
grabado haya sido incorrectamente descrito en algunas fuentes como un
trabajo medieval, sin embargo fue producida más tarde, aunque no se
conoce la fecha.
A los 12 años Camille había sido aprendiz de un
grabador en la capital francesa, y se cree que muchas de las
ilustraciones de sus libros proceden de sus propios dibujos. Además se
sabe que conocía una leyenda en la que podría estar inspirado el grabado
(la leyenda de San Macario), porque habla de ella en su libro
Les mondes imaginaires et les mondes réels (
Los mundos imaginarios y los mundos reales,
1865). Flammarion era conocido también por su afición a los libros
astronómicos antiguos, y poseía obras de Kepler, Brahe e Isaac Newton.
Así que es probable que sea él el autor de esta obra.
La
leyenda en la base de la ilustración, Urbi et orbi, significa "A la
ciudad (Roma) y al mundo". Era la fórmula habitual con la que empezaban
las proclamas del Imperio romano. En la actualidad es la bendición más
solemne que imparte el Papa, y sólo él, dirigida a la ciudad de Roma y
al mundo entero. Se imparte durante el año en dos fechas: el Domingo de
Pascua y el día de Navidad.